Ya está disponible la tan necesaria vacuna contra la estupidez humana. Desarrollada en la Universidad de Massachusetts (Massachusetts institute of technology) por científicos chinos y financiada íntegramente con fondos de los Emiratos Árabes. Es ya una realidad en Estados Unidos, pronto llegará a Europa (en cuanto paguemos lo que nos pidan). Los europeos podremos consumirla sin tener que elegir el brazo para que nos la inyecten, es en formato comprimido por vía oral (una pastillita fácil de tragar). Estamos por tanto de enhorabuena, por fin la humanidad no cometerá los mismos errores una y otra vez; las guerras quedarán en el recuerdo como formas de resolver los conflictos aniquilando al enemigo, solucionaremos los problemas hablando, dialogando y llegando a acuerdos. La crisis del cambio climático se podrá abordar desde la aceptación del problema y no desde la negación del mismo. Ya no iremos todos a la vez a conocer París, Praga, Moscú y Estocolmo en cuatro días (aprovechando el puente de la Inmaculada). Tampoco volaremos a Nueva York para que nos dé una tortícolis mirando rascacielos después de habernos desnudado y haber sido un poco vejados en el aeropuerto. Y no se me olvidan esos viajes a los Fiordos Noruegos en crucero: quienes no hayan ido aún que vayan antes de tomar la pastilla, luego igual no lo ven tan necesario y prefieren conocer las rías gallegas que están más cerquita y se come mejor. También dejaremos de reservar mesa en un restaurante tres meses antes para que nos den de comer poco por mucho.
Gracias a esta vacuna usaremos más los transportes públicos, reciclaremos más y perderemos la mala costumbre de tirarlo todo aunque todavía se pueda usar (tirar por tirar, tirar como posesos, ¡eso no puede ser bueno!). También nos volverá más responsables con nuestro entorno y con nosotr@s mism@s, incluso hablan de que nos podría ayudar a dejar de fumar...
Nos informan de que los primeros en probarla (como era de esperar) serán nuestros queridos alcaldes. Quién sabe, puede que tras una primera dosis por fin comiencen a trabajar a nuestro servicio y dejen de ser pequeños reyezuelos, dueños de todo lo que es nuestro, de todo lo que es de tod@s.
Por otro lado, los científicos nos prometen que esta vacuna también erradicará el acoso, el maltrato, los prejuicios y la violencia de cualquier índole: ya nadie sufrirá ni será discriminado por cuestiones de género, raza u orientación sexual. ¡Gracias a ella, también ganaremos en libertad de pensamiento! La juventud abandonará al rebaño, en busca de su propia identidad; los trabajadores dejarán de asentir y comenzarán a protestar; y los niños crecerán sin estar condicionados por su género.
Nos confirman que tras tomar la pastilla comenzaremos a hacer un buen uso de las tecnologías (responsable y consciente), para convivir con ellas en una perfecta simbiosis. Que los banqueros y los ricos energéticos serán capaces de compartir y que dejarán de hacer sufrir por querer siempre más y más. Que haremos el amor sol@s o con quien queramos pero sin un Dios que nos mire y nos juzgue. ¡Y que los curas dejarán de estar tan gordos los tíos jodíos!
En definitiva, con esta vacuna conseguiremos tener paz, amor, libertad, buen rollo,... pero un momento, nos acaban de informar de que todo esto es sólo una fake new. Lo lamentamos, es una pena, parecía un buen cambio para la tierra y para la humanidad, aunque mejor habría que decir deshumanidad, qué es lo que parece que impera hoy y siempre.
Demasiado bonito lo de esta vacuna contra la estupidez humana, ya nos gustaría algo así. Pero parece que a nadie le interesa caminar en este sentido. Bueno, a nosotr@s sí, parece difícil pero es más fácil de lo que creemos, y hablamos de conseguirlo sin ayuda, sin vacuna, por nosotros mismos, por nosotras mismas, aportando nuestro pequeño granito de arena. Tenemos que ser más preguntones, más críticos y aprender más y más para poder tomar cada vez mejores decisiones. ¡Ánimo y no tengáis miedo a pensar un poco y actuar en consecuencia!.
EnManteca