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El 16 de noviembre de 1922 nacía en Azinhaga (Portugal) el gran escritor JOSÉ SARAMAGO. Premio Nobel de Literatura en 1998, vivió y murió en 2010 en su casa de Tías (Lanzarote).

Comprometido con su tiempo, solidario y siempre preocupado por aportar ideas para mejorar el mundo.

En la biblioteca del IES La Janda puedes encontrar su novela Ensayo sobre la ceguera, una parábola acerca de la pérdida de visión cuando escasea la responsabilidad.

Da qué pensar.

ENSAYO SOBRE LA CEGUERA O LA PESADILLA APOCALÍPTICA 

Empecé a leer a Saramago hace más de veinte años, movida en primer lugar por la atracción que despertaban en mí sus palabras, opiniones y actitud en las apariciones públicas que tuve ocasión de disfrutar. Saramago era ante todo una persona, un escritor comprometido con su tiempo, consciente de la época, cada vez más complicada, que le tocó vivir. Siempre rechazó con ahínco la desigualdad social, la osadía del poderoso frente a los países de abajo, luchó por el respeto a los Derechos Humanos y fue realista con el análisis del mundo apelando siempre a la indignación y a la lucha activa, rechazando la indiferencia como actitud, igual que han hecho sus colegas Sampedro y Hessel.

De la atracción a la persona, pasé pues a sus libros y primero fue El evangelio según Jesucristo luego La caverna, a los que han seguido El hombre duplicado, Las intermitencias de la muerte, Ensayo sobre la lucidez, y una relectura El ensayo de la ceguera. Tampoco me olvido de un libro para mí muy especial El año de la muerte de Ricardo Reis, que me gustó mucho ya que hace un análisis de la vida y pensamiento del poeta portugués Fernando Pessoa, que no deja indiferente a ningún admirador de ambos.

Entre las recomendaciones que debo hacer sobre su vida personal está el vídeo sobre el último tiempo vivido por el escritor y su compañera Pilar del Río. Se llama José y Pilar, y aquí lo vemos en su día a día en su casa de Lanzarote, escribiendo, viajando, dando conferencias, respondiendo cartas, viviendo y luchando (estuvo enfermo durante semanas antes de morir). Se trata de una película documental entrañable y hermosa que nos da más claves sobre su trato personal, sobre su manera de estar en el mundo. Para mí imprescindible.

Sobre el Ensayo sobre la ceguera, debo decir que, como la primera vez que lo leí, me crea bastante desazón y cierta incomodidad que debo aprender a gestionar, tal vez porque la situación que vivimos actualmente es tan delicada, que el libro se me antoja, a pesar de ser del año 1996, una parábola de la misma.

Me gusta el inicio, en el que presenciamos una descripción minuciosa de una escena a todas luces reconocible y más que cotidiana, que es alterada de pronto por la aparición de un factor que la desestabiliza: el primer ciego, un conductor común, en plena ciudad sufre una "ceguera blanca" que lo deja completamente fuera de juego y lleno de incertidumbre primero, después lleno de pavor.

A partir de ahí, asistiremos asombrados y conmovidos a las consecuencias del contagio de esa inicial ceguera blanca, y emprenderemos un viaje a las tinieblas de nuestra primitividad.

Y es sólo gracias a esta singular metáfora, como nos damos cuenta los lectores de cuán importante es VER, ser conscientes de lo que nos rodea, y no pasar de largo ante las injusticias. Así es como lo interpreto y ésta es la lección que aprendo, además de la idea de que un solo ser nunca podrá hacer nada si no se alía con otros. Siempre es necesaria la colaboración y el trabajo conjunto.

El libro llama la atención también por cómo está escrito, se trata de un estilo muy propio de Saramago, que utiliza también en otras novelas; en él, las convenciones normativas nos dan una bofetada y los signos de entonación, así como las pausas, sólo existen a criterio del autor. El lenguaje sin embargo es sencillo y muy directo, impresionista. El lector queda atrapado de lleno por esa manera ya que el mismo autor se nos dirige invocándonos y cuando lo leemos, nos sentimos como en un diálogo continuo con el narrador de la historia.

Los personajes, por su parte, no tienen nombre, pero ello no importa, basta con sus actuaciones, pensamientos y diálogos, así como sus apelativos para ser nominados, para ser memorables al lector y entonces encontramos al doctor, el viejo de la venda negra, el niño estrábico, la chica de las gafas oscuras, el perro de las lágrimas, todos ellos con entidad propia y suficiente desde su primera aparición y con una evolución perfectamente reconocible hasta el final.

De entre ellos, la gran responsabilidad le viene dada a la mujer del médico, ella es la responsable de dirigir los pasos de una manada entorpecida, aterida e inmovilizada por las circunstancias, ¿qué podrían hacer sin la ayuda de ella. Digamos que el personaje es un factor imprescindible para el desarrollo de los acontecimientos, ya que hay que hacer algo cuando tras la "ceguera conjunta", apenas sabemos hacia dónde dirigirnos debiendo asistir consternados e impotentes a la expresión de los más bajos instintos (el poder organizativo del mando militar, la marginalidad aisladora, el instinto abusador del acoso de los hombres, la muerte, la caída de la dignidad). Todo ello lo "vemos" los lectores a través del autor omnisciente (lo sabe todo y lo comparte) que es ayudado por la mujer del médico, personaje necesario del que se sirve el autor para guiarnos por la parábola humana de la desolación.

Se pasa mal cuando se lee este libro que intenta hacernos reflexionar sobre nuestra propia naturaleza, ya que asistimos a la cólera humana, el engaño, la maldad; y sin embargo este viaje que nos lanza al fondo del pozo nos muestra también escenas de solidaridad, cariño, apego, actividad. Debido a esto, la conclusión es positiva, y ello nos salva, ya que Saramago, que escarba entre los intersticios de la indignidad humana, nos acaba dando de manera increíble una visión esperanzadora y positiva de lo que somos. a mí es lo que me gusta más de él, se trata de un autor consciente, muy analítico, que parece pensar que es necesario ponernos sobre el paredón para luego perdonarnos la vida, y ello como lectora me obliga a estar alerta.

Con el desarrollo de los acontecimientos, el caos podría haber seguido siendo tal, pero no, de pronto lo entendemos todo, y si queremos ver de verdad, será necesario estar ciegos antes, porque esa ceguera es una ceguera de luz, que nos activa y nos hace conscientes de nuestra situación en la que existe la esperanza, aunque haya que empezar de cero.

Muy buen libro. Imprescindible y muy actual.

Termino mi análisis haciendo algunas preguntas que podemos intentar respondernos una vez leamos el libro:

  1. ¿Cómo piensas que sería tu comportamiento si tuvieras la misma responsabilidad que la mujer del médico ¿Te parece bien su actitud?, ¿qué criticarías de ella?
  1. ¿Formarías parte de la "resistencia pasiva" llevada a cabo por las mujeres que se sacrifican, cuando son reclamadas sexualmente por los hombres?, ¿qué otra opción habría?
  1. ¿Cómo interpretas las últimas líneas del libro?
  2. ¿Piensas que es necesario llegar a las últimas consecuencias para solucionar algo, como en el libro?
  1. ¿Qué te sugiere esta cita del libro?: Lo que llamamos ceguera es algo que se limita a cubrir la apariencia de los seres y de las cosas, dejándolos intactos tras un velo negro.