Ratio: 5 / 5

Inicio activadoInicio activadoInicio activadoInicio activadoInicio activado
 

Jane Eyre es una obra maestra de la autora Charlotte Brönte, novelista y poeta inglesa, reconocida por su profunda habilidad para crear personajes complejos y emotivos cuyo legado perdura en la literatura inglesa, siendo considerada una de las principales voces de la era victoriana. La historia fue publicada en 1847, un total de 500 páginas en las que se respira el amor, la esperanza la emoción…

Se trata de una historia de amor, de lo más peculiar. Jane, una huérfana criada por una familia cruel y luego enviada a una severa escuela de caridad, crece enfrentando numerosos desafíos.

A pesar de su difícil comienzo, Jane consigue adaptarse y se convierte en una joven independiente y valiente. Su vida cambia radicalmente cuando acepta un puesto como institutriz en Thornfield Hall, la misteriosa estancia en la que conoce a Rochester, que alberga un corazón enigmático al igual que su mansión.

La trama se complica cuando Jane se enamora de Rochester, pero su amor se ve amenazado por un oscuro secreto que él guarda. La relación entre Jane y Rochester es intensa y apasionada, marcada por momentos de alegría y desesperada tristeza. A través de reflexiones internas y conversaciones, Jane debe decidir si puede aceptar el amor de Rochester sin renunciar a su valor y dignidad.

Con un lenguaje romántico, detallado y reflexivo Brontë explora las complejidades de la mente humana, en concreto las de nuestra Jane.

Esta historia presenta una gran variedad de personajes, de los que quiero recalcar en especial, los que más le otorgan sentido a la magnética historia de amor entre los protagonistas: Jane, con su fuerza interior y pasión por descubrir aquello que le aguarda y Rochester, con su mezcla de encanto y oscuridad que en ocasiones nos desconcierta, también Bertha Mason, cuyo papel añade un giro inesperado a la trama. Cada uno de ellos está increíblemente desarrollado, sin embargo, pienso que el conjunto de todos los personajes es el que le brinda esa autenticidad a la conmovedora y reflexiva novela.

Personalmente, me ha encantado la relación entre Jane Eyre y Rochester. Su vínculo es profundo y complicado, lleno de altibajos, pero siempre basado en un respeto mutuo A pesar de los obstáculos que enfrentan, su amor consigue resurgir incluso con más fuerza.

En conclusión, este es uno de los clásicos que no debemos dejar de leer, un viaje emocional cada frase nos identifica de alguna manera, en otros nos conecta con la historia. Esta es una de ellas proveniente del capítulo 12:

Recordé que el mundo real era amplio y que, en un campo variado, de esperanzas y temores de sensaciones y situaciones, esperaba a aquellos que tenían el valor de aventurarse en su extensión para buscar un conocimiento real de la vida en medio de su peligros.

En ella Jane reconoce que el mundo está lleno de posibilidades y peligros, pero también de oportunidades para aquellos suficientemente valientes como para aventurarse más allá de los límites de su comodidad. Esta frase refleja el tema de la novela, esa búsqueda de independencia y conocimiento propio en un mundo lleno de incertidumbre.

 

MARÍA JOSÉ RAMOS BERMÚDEZ, 1º BACH C